Tuesday, December 15, 2009

La columna de la semana pasada

De andar y ver

Un tipo vulgar, inepto y alcahueta

Mariahé Pabón (*)

"En la misma alocución, la número 344, el tipo se permitió jactarse, como lo ha hecho tantas veces, de que llamó a la fiscal, -la pobre Luisa Ortega Díaz, que no gana para humillaciones-, y le ordenó que llevara a prisión a los banqueros que desfalcaron en los cuatro banco intervenidos; un robo descarado, que se hizo, por cierto, ante sus ojos y con su anuencia, aunque ahora lo niegue con esa sobreactuación de reguetonero. "Un juez dictó medida de prohibición de salida del país", dijo el tipo, "pero a mí me gustaría que los agarraran". Desde cuándo un Presidente tiene la facultad de meter preso a alguien. No es Presidente, es un tipo vulgar, inepto y alcahueta de ladrones. Desde la humildad de mi escritorio le echo en cara mi acusación y mi desprecio". Milagros Socorro, Diario El Nacional

¿A qué dedica el tiempo libre ?

Una se lo imagina en su muelle lecho, durmiendo en el Palacio de Miraflores, o en algún otro lugar de la ciudad, casi de madrugada, si como cuenta, sólo necesita cuatro horas de sueño. Ha relatado que suele ver televisión, colgarse de Internet y desde luego, preparar sus peroratas y agendas diarias, además de leerse las tapas de libros importantes para enamorar a sus seguidores.

Por lo general revisa su programa de viajes que es lo que más le gusta y entonces se entiende por qué una persona elegida como Presidente no haya pasado mucho tiempo en Venezuela. De esta manera conoce más lo que ocurre en China, cómo anda la salud de Fidel, qué hacen Lula y Evo, cuándo volverá a reunirse con su pana de Irán y su amiga Cristina y en qué momento podrá volver a Venecia, Londres o Moscú.

A su retorno, se montará una cadena para que él nos cuente las incidencias de los periplos, y el organizador de sus espectáculos diarios le colocará siempre en la agenda un encuentro con cualquier organización, universidad o grupo chavista, que pueda lucir camisa roja, ya sea en Fuerte Tiuna, el Teresa Carreño, el Teatro Nacional o cualquier descampado en el interior.

El organizador revisará el calendario de eventos históricos y le montará un show como el de ayer al que asistió cual protagonista de la conmemoración de los 150 años de la Batalla de Santa Inés, Barinas, cuando la oligarquía fue derrotada por las tropas campesinas de Ezequiel Zamora.

El bonche Zamorano

La cosa fue escenificada por un grupo de actores que gritaba en medio de un tierrero y alrededor de un ejército de soldados disfrazados de patriotas, campesinos y de los otro. Los pobres hombres permanecieron de pie más de cinco horas, sólo para complacer al comandante en jefe quien premiaba a los valientes hombres que a empujones y sin consideración han expropiado tierras y a los cubanos soplones que lo mantienen al día en cuestión de traiciones y corrupciones . Allí estaban camuflados como agricultores.

Gozó un mundo dirigiendo el show, jugando a los soldaditos de plomo, animando a la Banda que interpretaba " Venezuela" y dando órdenes a las tropas allí presentes. El homenaje a Zamora se volvió un triste bonche y lo peor fue la actuación de los pobres milicianos campesinos que no hallaban para donde coger. De paso, humilló a este grupo por no haber interpretado bien la pieza escogida para recordar a Zamora y los invitó a irse para sus casas. Si ésto se lo mandan vía youtube a los imperialistas que nos van a invadir, se podrán dar un banquete de risa. O de lástima.

Entretanto, hay que decirlo, la mafia de los banqueros seguía huyendo. El hampa había asesinado ya a doce personas en un solo día. Y a los estudiantes se les reprimía con furor en Mérida. Ayer, por cierto se conmemoraba el Día de los Derechos humanos. De eso, el que se dice Presidente de Venezuela, no sabe, no entiende.

Y hoy...

Y hoy, señores, se va otra vez a Cuba, para un encuentro del Alba.

Va reunirse con sus cómplices Evo Morales, Daniel Ortega, Rafael Correa, Raúl y Fidel Castro. Descansa de tan arduo trabajo para viajar a Copenhague a discutir el equilibrio de la ecología y el calentamiento global. Volverá, se enterará de que es el Presidente de Venezuela y otra vez se marchará al país que le indique la ruleta de la suerte.

Un pata en el suelo como él mismo se define, no cesa de viajar e ignora que sólo de enero a septiembre, asesinaron a diez mil trescientos sesenta venezolanos, mientras él estrenaba dos docenas de fluxes italianos, siete pares de zapatos franceses, 26 camisas inglesas, 64 calzoncillos suizos, 30 pares de medias imperialistas y se hacía acompañar de un nutrido cortejo de adulantes. ¿El costo?. Billonario.

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