La guerra a la Polar
Mariahe Pabon
"El camino más efectivo para construir la seguridad alimentaria de los venezolanos, es que tanto Gobierno como empresa privada nos dediquemos a lo nuestro, trabajando en conjunto como lo plantea nuestra Constitución, en un clima de paz y mutuo respeto, expresó Empresas Polar en un comunicado emitido a la prensa en el cual fijó posición sobre las amenazas de expropiación que ha lanzado el Gobierno.
"No comprendemos las amenazas de las que somos objeto por parte del Gobierno Nacional. Empresas Polar ha venido siendo objeto de ataques por parte de las autoridades desde hace años y recientemente fue señalada como eje de la llamada "guerra económica" decretada por el propio presidente de la República, Hugo Chávez. "Hemos trabajado de forma honesta y respetuosa durante décadas, invirtiendo e innovando de forma permanente y nuestro compromiso es seguir haciéndolo. También hemos aprendido que cuando cada quien hace bien lo que le toca hacer, todos crecemos y progresamos".
¿Por qué a Lorenzo Mendoza?
Desde hace un largo tiempo, el Presidente Chávez ha venido lanzando dardos a Lorenzo Mendoza, presidente de Polar, una empresa cincuentenaria líder en organización y en el manejo de un personal que siente orgullo de pertenecer a una casa que les ha proporcionado la oportunidad de crecer. Polar es una obsesión de Chávez y Lorenzo Mendoza es el rival peligroso que no responde a sus insultos y cuando lo hace, es para llamar al diálogo y al respeto, palabras que no practica el Presidente. ¿En dónde reside el reconcomio de Chávez contra este empresario de 45 años que figura en la lista de los más exitosos líderes de negocios en el mundo?
Si bien ambos personajes pertenecen a muy diferentes estratos de la sociedad, pudieran, sí, establecer contactos para convertir a Venezuela en un país productivo como lo quiere el propio Chávez cuando llama a Elías Jaua para que haga de Venezuela una potencia estratégica del cultivo del cacao y vamos a ver que la industria sufre de grandes carencias y dificultades. Los pequeños productores de esos rubros no tienen a su alcance la modernidad que necesitan para competir con los países de avanzada en tal cultivo. Es más, ni siquiera poseen medios para sobrevivir.
La obsesión
Lorenzo Mendoza propone acercamiento, llama a la conciliación, pero Chávez le da la espalda, porque él lo que quiere es ser el amo de la Polar Bolivariana o no sé qué nombre especial tendrá en mente para bautizar a la empresa de sus sueños. Desea con toda su alma apoderarse de la empresa bandera de Venezuela, para destruirla y humillar a quien desde hace tiempo se ha convertido en su gratuito enemigo. No piensa en los 19 mil empleados y sus familiares que van a ser las principales víctimas de este ensañamiento personal, porque como dijo el presidente del sindicato de la Polar, Chavista él, sus ataques no los va a sentir Mendoza, sino todos aquellos privilegiados que han vivido a la buena sombra de una organización ejemplar y de hoy en adelante, si la expropiación se convierte en hecho, pasarán a la lista de los empleados públicos que todos los días salen a protestar porque no les cumplen sus contratos. Dicen que ya todo está listo para que Chávez firme la expropiación de la Polar y enfrente a su rival para decirle: "te lo dije Mendoza, te dije que no me retaras. Ahora la Polar es mía".
Mantengo la ilusión de que Mendoza no abandonará el campo de batalla ni se dejará arrebatar todo aquello que le dejaron sus antepasados. Al menos, hasta ahora ha venido ganando, porque una enorme masa de venezolanos ahora somos Polar. Esto no lo hubiera dicho hace 20 años, pero lo digo hoy ante la arbitrariedad de un dictador insano y cachidiablo.
