Friday, April 9, 2010

La columna de esta semana, de una Venezuela que segun algunos es inventada por los opositores al regimen


De andar y ver


La desgracia de ser pobre en la revolución bonita
 Mariahé Pabón (*)


No puedo refritar un relato como el que publico a continuación, porque no tendría gracia plagiar una historia tan conmovedora, aparecida a comienzos de semana en el diario El Universal y firmada con las iniciales LDT. Aquí está la nota, tal cual la leí. Es un episodio más de los tantos que ocurren en Venezuela, protagonizados por una policía canalla que pareciera no haber sido parida por mujeres, sino por monstruos. Ya las investigaciones realizadas por reporteros policiales, han revelado que la mayoría de los secuestros y asesinatos que ocurren en la zona metropolitana son cometidos por gente uniformada , perteneciente a la policía que ha sido creada para defender al ciudadano. La siguiente historia pone los pelos de punta y no se me haría raro que Jaimito Borromeo del Orinoco, lo condecore un buen día de estos como lo hiciera con el GN aquel que la emprendió contra reporteros de Globovisión y de pasó enjabonó al comandante con una rica espuma de lambonería.

¿En donde está el delito?
Esta es la triste historia de una joven de hermoso nombre, cuyo único pecado fue el de ser buhonera para ganarse el pan cotidiano. En su intento, perdió a su segundo niño, al ser fue golpeada por un infeliz, hijo de puta.
"Elina del Valle Flores, de 24 años, tardó diez días después de la muerte de su hija para animarse a ir a la morgue a que le hicieran los exámenes médicos por el ataque del que fue víctima. Ella cuenta que el 14 de marzo estaba en la calle Argentina de Catia con diez bolsas de plátano cuando llegaron los efectivos. Ella era la única comerciante informal de la zona ese día y los policías llegaron a quitarle su mercancía, incluyendo las cestas con los plátanos. Ella les dijo que trabajaba en eso porque con ello mantenía a su hijo de cuatro años y al bebé que estaba esperando.
Pero los efectivos la ignoraron. A pesar de que Elina tenía un enorme vientre abultado por sus siete meses de embarazo, uno de ellos, de apellido Solís, le dio una bofetada y ella le empujó para que no le pegara y entonces la tiraron al suelo y la patearon en las costillas. Trató de correr y le dispararon perdigones en piernas, brazos y vientre, y le echaron gas en la cara.
Dice que escuchó al director de la policía, Reni Villaverde, comentar por radio a los efectivos, que la sacaran como fuera. Pero ni las dos personas que vieron todo y son testigos ni los que pasaron a su lado, pudieron hacer nada. Al día siguiente del ataque ella puso la denuncia en la Fiscalía y a su caso le asignaron al fiscal 81 de Caracas, Juan Carlos Tabores. Además, su médico le mandó reposo absoluto, pero ella seguía sintiéndose mal pues los golpes adelantaron su embarazo. El 27 de marzo dio a luz a una niña, pero la pequeña tuvo problemas respiratorios pues era prematura y murió 26 horas después. Ahora ella espera que se haga justicia, aunque nadie le va a devolver a su bebé, a la que ni siquiera pudo amamantar. Además, la tía de Elina, con quien ella solía vender plátanos, fue asesinada en Catia el Miércoles Santo". Firma:LDT
No sé qué decir. No encuentro la palabra precisa, el vocablo adecuado, la frase cabal para calificar este acto criminal, ejecutado en plena calle, a la luz de docenas de personas que no pudieron enfrentarse a feroces hombres armados.

Los espías de Chávez
Venezuela fue durante mucho tiempo el lugar escogido por millones de emigrantes para quedarse en este paraíso inigualable donde había pan , paisaje y cariño para todos. Hoy se persigue y ataca a los judíos y a los colombianos. Se expropia a españoles , italianos y venezolanos. Se vigila a los estadounidenses. Existen regiones tomadas ya por centenares de cubanos que han pasado a formar parte de un ejército de sapos enviados con el único propósito de investigar la vida de todos aquellos que no estemos con la revolución. Es posible que hayan sido ellos los autores de la detención de veinte colombianos, la mayor parte de ellos fabricantes de helados caseros en Barinitas desde hace 16 años y la otra mitad fotógrafos aficionados que andaban" investigando" la prodigiosa tecnología de la comunicación y la sofisticada red eléctrica que nos tiene sumidos en la oscuridad. Están detenidos, sometidos a interrogatorios y acusados de atentar contra la soberanía de Venezuela. . . Son espías, paracos y contrarrevolucionarios, según los sapos. Del otro lado del mundo se ríen de la demencial paranoia del Comandante, pero los perseguidos saben que su gran pecado es el de haber nacido en Colombia y el de no ser guerrilleros.

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